junio 18, 2025

Los cólicos en bebés son uno de los mayores desafíos para los nuevos padres. Se caracterizan por episodios de llanto intenso, prolongado y frecuente en un bebé sano, sin una causa aparente y sin que ninguna técnica de consuelo parezca funcionar. Por lo general, estos episodios ocurren en la tarde o noche, justo cuando los padres están más cansados, lo que puede generar mucho estrés y frustración.
Afortunadamente, aunque el cólico puede ser difícil de manejar, no dura para siempre. Suele alcanzar su punto máximo alrededor de las seis semanas de vida y disminuye notablemente entre los tres y cuatro meses. Mientras tanto, existen estrategias que pueden ayudar a reducir su duración e intensidad, aliviar el estrés y fortalecer el vínculo con tu bebé.
¿Cómo Saber si Tu Bebé Tiene Cólicos?
El llanto es una parte normal del desarrollo de un bebé, especialmente en los primeros meses. Sin embargo, los cólicos se diferencian por su intensidad y duración. Se considera cólico si el bebé llora como si le doliera algo durante tres o más horas al día, al menos tres días a la semana, durante tres o más semanas seguidas.
Algunas señales de cólicos incluyen:
• Llanto intenso que parece más un grito de dolor.
• Episodios de llanto sin una razón aparente (no es hambre ni un pañal sucio).
• Irritabilidad extrema incluso después de que el llanto disminuye.
• Horarios predecibles, generalmente en las tardes o noches.
• Cambio en la coloración del rostro (enrojecimiento o rubor).
• Tensión corporal: piernas dobladas o rígidas, brazos tensos, puños cerrados, espalda arqueada o abdomen tenso.
A veces, los síntomas mejoran después de que el bebé expulsa gases o hace una deposición, lo que sugiere que tragar aire durante el llanto prolongado puede contribuir al malestar.
¿Cuándo Consultar al Pediatra?
El llanto excesivo e inconsolable puede deberse a cólicos o a otra condición médica que cause dolor o incomodidad. Si notas que tu bebé llora demasiado y presenta otros síntomas como fiebre, vómitos, dificultad para alimentarse o pérdida de peso, es fundamental acudir al pediatra para descartar cualquier problema de salud.
¿Por Qué Se Producen los Cólicos?
La causa exacta de los cólicos sigue siendo un misterio. Sin embargo, se cree que pueden estar relacionados con varios factores, como:
• Un sistema digestivo aún inmaduro.
• Desequilibrio en la flora intestinal.
• Alergias o intolerancias alimentarias.
• Sobrealimentación, alimentación insuficiente o falta de eructos.
• Migraña infantil temprana.
• Estrés o ansiedad en el ambiente familiar.
Los estudios no han encontrado diferencias en la incidencia de cólicos entre bebés de distintos sexos, ni entre aquellos alimentados con leche materna o fórmula. Sin embargo, los bebés de madres que fumaron durante el embarazo o después del parto tienen un mayor riesgo de desarrollar cólicos.
¿Cómo Afectan los Cólicos a los Padres?
Aunque los cólicos nocturnos en bebés no causan problemas de salud a largo plazo en los bebés, sí pueden ser muy estresantes para los padres. La frustración y la falta de sueño pueden aumentar el riesgo de:
• Depresión posparto en las madres.
• Abandono temprano de la lactancia materna.
• Sentimientos de culpa, agotamiento e impotencia.
• Reacciones impulsivas, como sacudir al bebé, lo que puede ser extremadamente peligroso.
Es fundamental que los padres busquen apoyo y aprendan estrategias para calmar al bebé de manera segura. Si en algún momento sientes que la situación te supera, pide ayuda a tu pareja, familia o un profesional de la salud.
Consejos para Manejar los Cólicos
Aunque no hay una solución única, aquí hay algunas estrategias que pueden ayudar a calmar a tu bebé:

  1. Prueba diferentes posiciones: Sostén al bebé en brazos, colócalo sobre tu pecho o prueba la posición boca abajo sobre tus piernas mientras le das palmaditas en la espalda. También puedes probar masajes para bebés con cólicos.
  2. Usa movimiento y sonido: Pasear con el bebé, mecerlo suavemente o utilizar ruido blanco (como el sonido de un secador o un ventilador) puede ayudar.
  3. Haz masajes suaves: Un masaje en el abdomen o mover sus piernas como si pedaleara puede aliviar el malestar.
  4. Cuida su alimentación: Si das el pecho, observa si ciertos alimentos en tu dieta afectan a tu bebé. Si usa biberón, prueba con una tetina anticólicos.
  5. Fomenta el contacto piel con piel: El calor y la cercanía pueden reconfortar a tu bebé y ayudar a reducir su llanto.
    Recuerda que los cólicos son una etapa pasajera. Con paciencia, apoyo y algunas estrategias, podrás sobrellevarlos y disfrutar plenamente de tu bebé. ¡Ánimo, mamá y papá, lo están haciendo bien!